martes, 3 de noviembre de 2009

Milagro

Tengo demasiado cabello para ser recién nacido. Quedan unos minutos para la siguiente hora, es de madrugada. Mi mamá cree que tengo alguna enfermedad, todo causado por las 10 horas que duró el dolor traído por el tardado alumbramiento.

Muchos dicen que casi muero, llevándome entre las patas a mi amá (aunque fuera lo contrario, ella me traía entre la barriga y la médula), pero gracias a mi abuelo, ella resistió por un préstamo divino. Eso lo supieron hasta 3 años después, pues mi abuelo nunca confesó haber vendido su alma a un Santo con tal de mi llegada al mundo.
Tal vez, ese hecho debería unirme a la cristiandad.

Soy del tamaño de un antebrazo estirado. La medida perfecta de un recién nacido para ser cargado por las decenas de personas que ven un integrante nuevo del mundo. Un color rojito como el de todos los bebés.

Es algo de lo poco que sé de mi llegada al mundo, no tengo una gran memoria. Mi más vago recuerdo, nos traslada al año 1992. Tengo a penas dos años.

Voy en los brazos de mamá y noto algo extraño por ese cuadrito de al lado.
Es algo que despide mucha luz, un destello rojo casi rosa (que al recordar me causa paz y cierta nostalgia, mi corazón palpita cuando me llega a la mente). No creo saber qué es, pero es lo más lindo que he visto en mi corta vida.
Debe ser lo más espectacular, para haberse grabado en mi mente con tanta claridad. Se trata de mi viaje en avión a Huatulco, fue el primero.
Sé que lo que vi a mi lado es una nube. Lo recuerdo claramente. Además, hay una foto unos instantes antes de despegar, que me dicen que tengo razón.
Parece que soy un niño sin mayor discapacidad física funcional, sólo cierta discapacidad de la memoria (olvido todo). Un toque de hiperactividad que me mantiene en un estado de alerta constante, como un gato. Me gustan los gatos, son tan… independientes y aventureros, quisiera ser como ellos.

Me gusta esto de tener un cuerpo. Puedo correr (cuando pueda) a donde quiera. Usar mis manos para tocar mis pies (cuando alcance) y mirar hacia donde se me antoje (cuando logre enfocar las cosas).
Creo que con un cuerpo como este, todos podemos lograr lo que queramos.
Ya quiero correr y ser libre, si supiera lo que me espera, no importa; quiero pensar que tengo el mundo a mis pies. Correré para hacerlo girar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario